Como ya todo un treinteañero que soy :P, mi época de “hincha seguidor” me tocó en una inmejorable época como fueron los 90’s… y lo que más me jode es lo mucho que cambió ese “hincha seguidor” del Millo.
En 1995, 1996, 1997, 1998, etc los partidos a los que personalmente MÁS me gustaba ir, eran los partidos en los que no peleábamos por nada, en los que estábamos sólo 20 mil hinchas en el Monumental, en el que la lluvia alejaba a la gente y podías estar en la tribuna entre 5 gatos locos, los últimos 2 partidos de un torneo en el que ya no teníamos chances de pelear por nada, partidos pedorrísimos en el Monu contra Platense, Talleres, Deportivo Español, Ferro… carajo, esos son los partidos que a la distancia mejores recuerdos me siguen trayendo. Íbamos con mis amigos así estuviera nevando o cayendo una lluvia torrencial o una tormenta eléctrica o un calor infernal, y nos ENCANTABA, nosotros sentíamos la obligación moral de hacer acto de presencia tanto en esos partidos pedorros, como en un Superclásico o en los playoffs de la Copa… la cancha era nuestro lugar. Pero no nos llenábamos la boca, ni nosotros ni nadie más de los hinchas que iban a todos lados, diciendo “mira loco!! mira el aguante que tenemos!! vamos a todos lados y ustedes no!! en las buenas y en las malas mucho más!!, somos grosísimos, ustedes son unos amargos, hinchas de Boca, hinchas del Rojo, hinchas de River de televisor”. ESO es lo que más me jode del actual hincha seguidor… que se convirtió en un idiotizado termohead que es más hincha de SI MISMO que de River. Porque presumir y gritar a los cuatro vientos “miren, mirennos, mírenmeeeee bosteros, demás hinchadas, e hinchas de River que no van a la cancha, miren como yo sí vengo, miren como yo si aliento, miren la fiesta que yo hago, MIRENME, yo, yo, yo, yo”. Viejo, es totalmente cierto que son más hinchas de sí mismos que de River. Todo es presumir, todo es caretear, todo se hace pensando en los putos bosteros, todo se hace con miras a presumirles que “somos distintos”. JUSTO COMO HACÍAN LOS BOSTEROS ANTES.
Se iba a la cancha, con una serpentina en una mano y papel picado en la otra para cuando saliera el Millo, a todos nos gustaba la fiesta, claro que nos gustaba ver nuestra tribuna a reventar, verla en un superclásico ya sea en el Monu o en el chiquero… pero si veías a Silvani lo puteabas, pero si veías a Garcia Aspe lo recontramilputeabas, si veias a un jugador llimitado pero que se partía el lomo a lo sumo lo respetabas :lol: o por ahí lo aplaudías un rato (mientras bajaban murmullos de la San Martín), pero si un monstruo amado por todos como el Enzo desaparecía en un superclásico, bajaban 500 mil murmullos, pero si el partido estaba tan aburrido que te querías dar un tiro en los huevos, o si estabamos jugando espantosamente mal, o si ganabamos 1-0 jugando de la mierda, le regalabas al equipo unos merecidísimos silbidos. No había el conformismo exasperante de ahora, no había la mentalidad mediocre de hoy en día. Y claro, si el equipo era un lujo, o si sudaba sangre para conseguir un empate aunque sea, también se le reconocía.
¿Tiene algún tipo de incidencia el comportamiento de una hinchada sobre los jugadores en UN partido? tal vez no, ni para bien ni para mal… pero aquí es en donde el usuario ALF86 (o como sea), me parece que está cayendo en el error de no ver la pintura completa, como que sólo analiza lo que pasa si en UN PARTIDO se putea o se alienta a los jugadores, sin darse cuenta que a largo plazo, sí hay un efecto. El ser una HINCHADA EXIGENTE, es un rasgo que SUMA a que esa hinchada gradualmente tenga el equipo que desea. No tengo dudas que de no haber perdido este importante rasgo hace unos 4 o 5 años, en algún momento nuestra Dirigencia al sentir que la presión y el descontento generalizado, partido a partido, fecha a fecha, eran tales que habían llegado a un nivel insoportable, no hubiesemos tenido que sufrir tantos bochornos; en algún momento como dijo Luis pudieron haber dicho “nos van a matar si les compramos siempre la tercera opción de las que pide Astarada”, o “va a seguir habiendo entradas de 20 mil gentes, esto no va a andar bien”.
Y es IMPOSIBLE que haya un clima de presión y descontento generalizado si tenes una hinchada conformista, pelotuda, hincha de sí misma, más preocupada por lo que piensen o dejen de pensar los bosteros que por ponerse a exigir un mejor plantel, o más seriedad en la planeación de los torneos, más preocupada por “mirarse el ombligo mientras pierde de vista el horizonte” (o sea, más preocupada por auto-alabarse que por ver con preocupación el rumbo de River). El llenar TODAS las putas canchas cada 7 días, y ya estando en ellas, adoptar una postura tan pero tan pero taaaan conformista e idiota (ya no podés putear tranquilo a NADIE, porque recibis 2 o 3 miraditas de termoheads como diciéndote, que amargo, no podes putear a ese jugador que pone tantos huevos), POR SUPUESTO que sumó al letargo en que estuvimos todo este tiempo y que culminó en la tragedia que todos conocemos, sumó al conformismo, a la pasividad, a la indolencia, a la negligencia, a la indiferencia, del mundo River.